Bert Hellinger considera a sus padres y a su niñez en casa como la primera y principal influencia en todo su trabajo. Una fé muy personal y una gran cultura alejó a toda su familia de las creencias del Nacional Socialismo. Debido a sus repetidas ausencias a las reuniones de la organización de Hitler para la juventud y su participación en una organización ilegal católica para la juventud, Bert Hellinger fue clasificado por la Gestapo como "Sospechoso de ser un enemigo del pueblo ". Su salvación de caer en manos de la Gestapo fue paradógicamente posible cuando fue reclutado por las fuerzas armadas. Con tan sólo 17 años, se hizo soldado, donde vivió la realidad del combate durante un año, luego fue prisionero de guerra en un campo americano de prisioneros en Bélgica.
La segunda influencia importante es que ya en su niñez con certeza deseaba ser sacerdote. A los 20 años, inmediatamente después de escapar del campo de prisionero, entró en una orden religiosa católica y empezó un nuevo y largo proceso de purificación silenciosa de cuerpo, mente y espíritu; estudiando, contemplando y meditando.
Sus 16 años en Sudáfrica como misionero entre los Zulú también dejaron huellas profundas en su trabajo. Allí dirigió un gran internado donde enseñaba también y al mismo tiempo era el cura de una parroquia. Dice con satisfacción que el 13% de todos los negros sudafricanos, que asistian a la universidad en Sudáfrica en ese tiempo, habían sido estudiantes de esta escuela misionera. Aprendió la lengua Zulú lo suficiente como para dar clases y dirigir la escuela. También cuenta divertidas anécdotas acerca de la cortesía y dignidad de los Zulú como p.e. cuando dijo algo grosero sin saber lo que decía. Con el tiempo empezó a sentirse como en casa con ellos, hasta donde es posible para un europeo. El proceso de dejar una cultura para vivir en otra, formó sus conocimientos en la relatividad de muchos valores culturales.
En esos años Hellinger ya hizo notar su gran capacidad de percibir sistemas de relaciones interpersonales. Asi llegó al enfoque de su trabajo posterior, al descubrimiento que a pesar de la diversidad cultural hay una gran concordancia en las experiencias profundamente humanas. Vio que muchos de los rituales Zulú y sus costumbres tenían una estructura y una función similar a los elementos de la misa católica, señalando las experiencias comunes humanas, por eso logró integrar la música Zulu y su ritual dentro de la misa católica. De esos años quedó la comprensión de ideas fundamentales: “Hay diferentes maneras equivalentes de hacer las cosas”. y “Lo Sagrado es omnipresente”.
Otra influencia importante fue su participación en un curso inter-racial y ecuménico de dinámica de grupo, dirigido por Clérigos Anglicanos. Ellos trajeron de América una nueva forma de trabajar en grupos, la Dinámica de Grupo, que valoraba el dialogo, la fenomenología y las experiencias individuales humanas.
Bert Hellinger experimentó por primera vez una nueva dimensión de cómo cuidar de las almas. Cuenta como uno de los instructores le preguntó en el grupo, "¿Qué es más importante para ti, tus ideales o la gente? ¿Cuál sacrificarías?" Hellinger pasó la noche sin dormir, debido a la profundidad de la pregunta. Hoy dice, "Le estoy muy agradecido por haberme hecho esa pregunta. De alguna forma esta pregunta cambió mi vida. Pues esa orientación fundamental hacia los hombres ha dirigido todo mi trabajo desde entonces. Una excelente pregunta digna de todo."
Su decisión de dejar la orden religiosa después de 25 años fue en común y amistoso acuerdo. Describe cómo gradualmente se dio cuenta de que ser sacerdote no era la expresión más apropiada para su crecimiento interno. Volvió a Alemania y empezó su formación psicoanalítica en Viena, conoció a su primera esposa, Herta.
El Psicoanalisis fue entonces otra influencia importante. Asi como lo hacía con todo, se metió de lleno en su estudio psicoanalítico, leyendo la obra completa de Freud y mucha literatura relevante. Pero cuando su instructor le dio una copia de Janov's Primal Scream se dio cuenta de que un libro no era suficiente y que quería saber más de esto, no le bastó sólo leerlo sino que también quería llegar más lejos . Visitó a Janov en los Estados Unidos, y luego terminó un entrenamiento completo. La comunidad psicoanalítica en Viena estuvo menos entusiasmada con respecto a esta manera de incluir una terapia con enfoque corporal que él había aprendido, y de nuevo se preguntó : ¿Qué es más importante, lealtad a un grupo o el amor a la verdad o a la pregunta? El amor a preguntar con libertad ganó, y una separación del Psicoanálisis se hizo inevitable, no obstante se calificó más tarde para entrar en un instituto diferente. Su habilidad en la psicoterapia con enfoque corporal le recordó de una u otra manera que debía permanecer como un elemento esencial en su largo trabajo que después de su asociación con Janov empezó a dar frutos.
Así muchas escuelas terapéuticas tuvieron una gran influencia en su trabajo. Entre ellas se puede contar la orientación fenomenológica de la Dinámica de Grupo de los Anglicanos, la necesidad fundamental de los seres humanos de alinearse con las fuerzas de la naturaleza que aprendió de los Anglicanos y de los Zulú en Sudáfrica; el Psicoanálisis que aprendió en Viena, y el trabajo del cuerpo que aprendió en América.
Desarrolló un interés especial por la Terapia Gestalt a través de Ruth Cohen y Hilaron Perzold. Conoció a Fanita English durante este periodo, y a través de ella y con el trabajo de Eric Berne, se introdujo en el Análisis Transaccional. Junto con su esposa Herta, integró lo que él ya había aprendido de la Dinámica de Grupo y el Psicoanálisis con la Terapia Gestalt, Terapia Primal y Análisis Transaccional. Su trabajo con el análisis de « guiones » le permitio descubrir que algunos de esos guiones pasan de generación en generación y se manifiestan en las familias. Las dinámicas de identificación también se hicieron más notables durante este periodo. El libro de Ivan Boszormenyi-Nagy - Invisible Bonds (Vínculos Invisibles), su reconocimiento de las lealtades ocultas y su necesidad de mantener un equilibrio entre dar y tomar en familias, también han sido importantes.
Se capacitó en Terapia Familiar con Ruth McClendon y Leslie Kadis. Ahí fué donde por primera vez conoció las constelaciones familiares. "Yo estaba muy impresionado por su trabajo, pero no podía entenderlo. Sin embargo, decidí que yo quería trabajar sistémicamente. Después empecé a pensar en el trabajo que había estado haciendo y me dije, también es bueno. No voy a renunciar a eso antes de que realmente haya entendido la Terapia Sistémica Familiar. Asi que seguí haciendo lo que había hecho. Un año después pensé de nuevo en eso, y me sorprendí de descubrir que estaba trabajando ya de una manera sistémica."
Tiene una capacidad natural de lanzarse a situaciones totalmente nuevas, y de sumergirse en ellas, además de eso aprendió que cuando algo ya lo tiene dominado, tiene que entrar en otras cosas. Ciertamente tiene sus experiencias tempranas, pero no se fija en nada sin vérificación empírica. Esa es la única protección ante la seducción de falsas autoridades. Su insistencia en ver lo que realmente es, es lo opuesto a aceptar ciegamente lo que se nos ha dicho, combinado con la constante lealtad y confianza en su propia alma; todo esto es el fundamento en la construcción de este gran trabajo.
En conclusión, él es el “último empírico”.
Su compañero filosófico en este largo camino ha sido Martin Heidegger: la búsqueda profunda de Heidegger por las verdaderas palabras que resuenan en el alma, tiene su correspondencia cuando los clientes tienen que decir frases en las constelaciones que anuncian el cambió para algo mejor, señalando el flujo renovado del amor.
La última influencia o quizás su mejor compañero es el amor por la música alemana. Especialmente la opera, y dentro de ella Wagner.
Brigitte Champetier de Ribes
Para volver a las Constelaciones familiares es importante resaltar que Hellinger es ante todo un filósofo . Sus comprensiones y su libertad de pensamiento le permiten descubrir la riqueza de la formula de representar al sistema familiar por otras personas, técnica que estaba ya en uso cuando la empezó a practicar.
Gracias a su percepción fenomenológica, va tomando conciencia de lo que hay detrás de la realidad aparente, detrás de los conflictos y del sufrimiento, detrás de la paz y de la felicidad. Trabaja en y con los campos morfogenéticos, descubriendo las leyes sistémicas del amor, a las que llama "los órdenes del amor", el papel de la conciencia moral, la dinámica profunda del movimiento sanador.
Hellinger ha penetrado, con rigor, en el campo del conocimiento, lo que le permite elaborar una nueva filosofía, una nueva visión coherente de todos los aspectos de la vida. Entre ellos, una nueva visión sobre la felicidad, el éxito, el amor. La era renacentista del Individuo, solo frente a su destino, frente a sus decisiones individuales y su "cogito ergo sum" ha muerto; está naciendo – desde principios del siglo XX – la era del Campo, que se llame cuántico, morfogenético, sistémico, Conciencia familiar o Conciencia del espíritu.
Su método está en continua evolución. A finales de los 90, gracias a su observación fenomenológica descubrió el movimiento del alma o movimiento inherente al campo en busca de su homeostasis, movimiento que se manifiesta a través del inconsciente, del lenguaje corporal y de los efectos que tiene en nuestras vidas. Más tarde descubre que este movimiento es un movimiento de la conciencia, atada a todas sus fidelidades. Después descubre el movimiento del espíritu, de la conexión con una energía en movimiento, una energía de amor que procede de fuera, de más allá de lo sistémico y que hace fluir la fuerza sanadora en la Constelación, de ahí nacen las Constelaciones del Espiritu: constelaciones en las que el constelador conecta con algo mas grande y deja de intervenir. La eficacia es cada vez mayor y mas global.
Sus observaciones fenomenológicas, por ejemplo sobre la relación terapéutica y la contra transferencia, aportan mucha luz y eficacia a la psicoterapia, a la vez que desestabilizan y levantan polémica.
También se le reprocha su capacidad de evolución…
Uno de sus mayores descubrimientos ha sido entender el rol de la conciencia moral.
Es tan desestabilizador que estuvo varios años observando una y otra vez la presencia de la buena conciencia detrás de los conflictos y agresiones, tanto entre individuos como entre grupos y países, antes de sacar a la luz sus conclusiones. Descubrió que la buena conciencia es un órgano fisiológico que sirve de cemento social, evitando las singularidades, separaciones y tomas de autonomía. Uno tiene mala conciencia cada vez que actúa de forma independiente de alguien o de un grupo, por lo contrario siente buena conciencia siempre que refuerza su pertenencia, un vínculo, bien sea de amistad, amor o solidaridad.
De hecho, observó que usamos la justificación moral "estoy en mi derecho" "es mi deber" "eso es bueno, lo otro es malo" cada vez que estamos actuando sin amor con alguien, o sea cada vez que hacemos daño a alguien…
Su última evolución le lleva a elaborar un nuevo corpus científico "la Hellinger Sciencia".
Es la ciencia de la organización de la vida humana, fruto de complejas intrincaciones, solapamientos y fidelidades, siempre movidas por el amor, resultado de las fuerzas sistémicas del Campo. Al Campo pertenecemos todos por igual, vivos y muertos, conocidos y desconocidos. Tal como lo explica la física cuántica, todos estamos interconectados.
La Hellinger Sciencia descubre y describe los principios sistémicos, que tienen prioridad sobre el amor, para que fluya el éxito en todos los campos de la vida.
"La Hellinger Sciencia lleva consigo una dimensión suplementaria, la dimensión espiritual que nos empuja más allá de los conocimientos directamente comprensibles respecto a los órdenes y desórdenes en nuestras relaciones. Únicamente a través de aquella dimensión se puede percibir su sentido universal y los efectos que de ella emanan en todos los ámbitos de la existencia.
¿Qué es este conocimiento del espíritu y cuáles son sus dimensiones? La observación es la herramienta para descubrirlo y detectar sus efectos: nada de lo que existe se mueve por sí solo. Todo es movido por algo que viene de más lejos. Aún si aparentemente algo se mueve por iniciativa propia, al igual de todo lo que vive, su movimiento no puede originarse en sí mismo. Cada movimiento, tratándose de todos los seres vivos, se inicia en un movimiento de afuera y sigue movido por él ininterrumpidamente a lo largo de lo que dure su vida.
Algo más pide un instante de reflexión.
Cada movimiento, sobre todo cada movimiento vivo, es un movimiento consciente. Esto presupone una conciencia presente dentro de aquella fuerza que lo mueve todo. En otros términos: cada movimiento es un movimiento intencional. El movimiento se mueve por ser así la intención de aquella fuerza, obedeciendo a cómo esta fuerza lo requiere.
¿Entonces, qué hay en el origen de todo movimiento?
Un pensar, que lo piensa todo tal como es."
revista Hellinger marzo 2007
En ese pensar está el origen de toda sanación.
Y reconocer las cosas como son y asentir a todo como es permite sintonizar con ese pensar y su fuerza sanadora.
Las Constelaciones Familiares se han extendido por el mundo entero, a la vez que Hellinger sigue evolucionando, alcanzando nuevas tomas de conciencia y constelando de un modo cada vez más sobrio y potente.
Su segunda esposa, Sophie Hellinger, le apoya en sus descubrimientos, reflexiones, experimentación fenomenológica. Participa en la formación de las Nuevas Constelaciones Familiares y estimula la difusión del pensamiento de su marido.
En sus talleres, el deseo de Hellinger es transmitir sus conocimientos sobre la herencia familiar, el amor, la felicidad, la paz, la salud y el éxito en los distintos campos de la vida. Su anhelo es que las "nuevas Constelaciones familiares", basadas en la sintonía con el movimiento del espíritu y la entrega del terapeuta, extiendan su ámbito de sanación, pacificación y crecimiento al mundo entero.